La Calera entre dos conflictos

Publicado: 4 de septiembre de 2025

La Calera entre dos conflictos: la incertidumbre sobre la Reserva de la Defensa y la polémica por fiestas electrónicas en Casa Bamba

Organizaciones ambientales y vecinos alertan sobre dos proyectos que, en diferentes frentes, amenazan con sentar un peligroso precedente de desprotección en Sierras Chicas. Mientras una reserva nacional de 11.000 hectáreas pendería de un hilo por una deuda previsional, en Casa Bamba la comunidad se moviliza para impedir un festival electrónico en una reserva local, denunciando deforestación y un potencial conflicto de intereses dentro del gobierno municipal. Exigen transparencia a las autoridades y que se priorice la protección del agua y los bosques nativos por sobre emprendimientos inmobiliarios y comerciales.
A 15 kilómetros de Córdoba capital, el municipio de La Calera enfrenta dos conflictos ambientales que movilizan a residentes y organizaciones. Por un lado, la incertidumbre sobre el futuro de las 11.000 hectáreas de la Reserva Natural de la Defensa La Calera, ante versiones de su posible uso para pagar una deuda de la Nación. Por otro, la polémica por la realización de un megaevento de música electrónica, “Solara”, y desmontes dentro de la Reserva Natural Bamba, en el paraje Casa Bamba.

El pulmón verde en la mira
Según información oficial del Servicio de Hidrografía Naval y el Municipio de La Calera, la Reserva Natural de la Defensa La Calera se extiende sobre aproximadamente 11.000 hectáreas al noroeste de la localidad, limitando con la autopista a Carlos Paz. Se trata de un extenso territorio de sierras y llanuras que alberga uno de los últimos remanentes de bosque nativo continuo en el Gran Córdoba.
Esta reserva se creó en 2018 mediante un convenio entre el Ministerio de Defensa y la cartera ambiental nacional. Ocupa terrenos del Ejército Argentino en las Sierras Chicas y forma parte del Sistema de Reservas Naturales de la Defensa. El área protege ecosistemas de Chaco Serrano y es crucial para la provisión de agua de la región.
La semana pasada, el Foro Ambiental Córdoba elevó un pedido formal de informes al gobernador Martín Llaryora tras versiones periodísticas que indican que la Provincia recibiría estos predios como parte de pago de la deuda previsional que mantiene la Nación. Federico Kopta, biólogo representante del Foro, explicó con detalle la situación: «El problema surgió cuando se publicó que el Gobierno de Córdoba tramita con la Nación el cobro de deuda previsional mediante el canje de bienes, entre ellos, tierras del Ejército. El punto fundamental es saber si el Gobierno provincial pretende cobrar esa deuda con los predios de la Reserva de la Defensa La Calera, lo que podría implicar su posterior venta para desarrollo inmobiliario».
Como se explica desde el Foro Ambiental, esta reserva cumple funciones ecológicas críticas para toda el área metropolitana. Es un área de recarga de acuíferos, regula el régimen hídrico, mitiga inundaciones y protege la biodiversidad.
“Estamos hablando de una reserva de 11.000 hectáreas que fue creada en 2009 mediante un protocolo entre Parques Nacionales y el Ministerio de Defensa. Su desafectación como reserva violaría el principio de progresividad establecido por la Ley General del Ambiente, que establece que los objetivos ambientales deben alcanzarse gradualmente, lo que implica que la protección del ambiente nunca debe disminuir. Más aún, si se tratase de destinar esos predios para el desarrollo inmobiliario, que es el mayor riesgo”, agregó Kopta.
La preocupación se profundiza con el anuncio provincial de asfaltar el camino a Malagueño. «Este proyecto facilitaría el desarrollo inmobiliario en la zona», advirtió Kopta. “Por eso es fundamental la respuesta del Gobierno sobre si desde la Provincia se gestiona el cobro de deuda previsional con la Nación con predios ubicados en la Reserva de la Defensa La Calera; y en caso de ser así, si es para desarrollo inmobiliario”.

Casa Bamba: de la minería a las fiestas electrónicas en una reserva
A pocos kilómetros de allí, en el paraje Casa Bamba ―que forma parte de la Reserva Natural Hídrica Recreativa Bamba creada por ordenanza municipal 059/01 y la cual abarca toda La Calera según cartografía municipal―, el conflicto es inmediato. Los habitantes de la zona denuncian que, tras frustrarse un proyecto minero del empresario Camarasa para extraer piedra del cerro Mogote, ahora se promociona para el 20 de septiembre el megaevento “Solara”, de fiestas electrónicas.
“Casa Bamba es un lugar que la gente de La Calera siempre ha visitado para tomar mates, comer asado, hacer caminatas y disfrutar de su río y su cascada”, señalan vecinas del lugar. El paraje, ubicado en la ruta E-55 hacia el dique San Roque, es un corredor biológico vital entre las Sierras Chicas y la Reserva Natural de la Defensa, y está categorizado como “zona roja” (de máxima protección) por la Ley de Bosques Nativos.
El acceso a la zona cambió en 2019, cuando la empresa del empresario Camarasa instaló un portón con vigilancia privada. Según relataron los locales, la medida inicialmente se vinculó a un proyecto de explotación minera en el cerro Mogote. “Le dijeron al minero que, si había gente transitando, no iban a permitir la cantera. Entonces instalaron el portón”, explicó Silvia, una vecina. Tras protestas ciudadanas, ese proyecto fue desestimado y se logró un acceso restringido para residentes, pero el portón se mantuvo.
Recientemente, a través de anuncios en redes sociales, la comunidad se enteró del megaevento de fiestas electrónicas «Solara», programado para el 20 de septiembre dentro del área. Mediante un pedido de acceso a la información, descubrieron que “el municipio dio la factibilidad comercial para realizar eventos deportivos, artísticos y culturales”.
Peor aún, según su testimonio, funcionarios municipales plantearon un ultimátum: “Nos dijeron a los vecinos que teníamos dos opciones: aceptar un emprendimiento del minero o aceptar la cantera”.
La tensión aumentó cuando la comunidad notó movimientos de maquinaria pesada en la zona. En diálogo con La tinta, Silvia detalló que, en reuniones con el municipio, “dijeron no tener información” y que “echaron a nuestro abogado” en una instancia posterior. La investigación realizada por la agrupación comunitaria reveló que la empresa a cargo de Solara, denominada “Montem”, cuenta entre sus socios al mismo empresario minero y a Martín Sánchez Chambón, quien ―según su perfil público de Facebook― se desempeña como funcionario o empleado municipal de La Calera. Este hallazgo ha sido señalado por la asamblea como un potencial conflicto de intereses.
Desde Bamba Libre, han realizado denuncias ante la policía ambiental por deforestación en el área donde se planea el evento y han presentado un nuevo proyecto de ordenanza con el fin de preservar la zona amenazada en tanto se reglamenta la ordenanza de 2001, que espera tratamiento en el Concejo Deliberante.
Las principales preocupaciones expuestas giran en torno al impacto ambiental potencial, citando la generación de residuos, efluentes y contaminación sonora y lumínica. “El municipio permitió que el empresario inicie eventos en el corazón de la reserva, donde ya habían devastado con máquinas pesadas”, denunció Silvia. Esa deforestación fue denunciada a la policía ambiental “sin que haya repercusión para los empresarios. Hicimos un pedido de informe en abril ante el Ministerio de Ambiente de la Provincia y todavía no tenemos respuesta”.
Desde la organización, enfatizan que el cuidado de la reserva natural equivale a proteger la salud colectiva. La contaminación acústica generada por estos eventos, detallan, tiene repercusiones en el bienestar físico y mental de las personas: estrés psicológico, fatiga crónica, deterioro cognitivo, problemas de concentración y alteraciones del estado de ánimo. Asimismo, puede incidir negativamente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y otras asociadas al estrés. La exposición crónica y prolongada, advierten, deriva en una pérdida auditiva irreversible.
Los impactos se extienden también a la fauna local. Las intensas luces, sonidos y vibraciones alteran la tasa de reproducción y supervivencia de las especies, sus ciclos de vida, patrones de sueño y comportamientos naturales. Estos estímulos, en especial los sonidos fuertes, desorientan y asustan a los animales, mermando su capacidad para defenderse o huir de depredadores, mientras que los residuos abandonados no solo son ingeridos por los animales o contaminan sus hábitats, sino que también incrementan el riesgo de incendios.

La transparencia como denominador común
Aunque son problemáticas distintas ―una a escala macro, con una incertidumbre de largo plazo, y otra micro, con un evento concreto―, ambos casos confluyen en la demanda de transparencia y acceso a la información pública ambiental, un derecho constitucional.
Mientras el Foro Ambiental espera la respuesta del Gobierno provincial en el plazo legal, estipulado el próximo 8 de septiembre, las vecinas y vecinos de Casa Bamba se organizan para impedir la realización del evento y exigen que se respete la vocación natural de su territorio. La Calera, así, se configura como un frente de disputa entre un modelo de desarrollo que avanza sobre los ecosistemas y una ciudadanía organizada que busca defenderlos.

Fuente: La Tinta